domingo, 24 de agosto de 2014

Lamiako: la historia en 16 hectáreas


Lamiako forma parte de lo que fué el estuario del Nervión. Como muestran los viejos mapas, un magnífico ecosistema de playas, marismas, limos intermareales...

El Abra en 1739
En la 2ª mitad del s.XIX (1856) la Vega de Lamiako fué comprada por Máximo Aguirre y sufrió una brutal metamorfosis al ser rellenada y transformada en fértiles tierras de cultivo mediante la colocación de "chimbos" o bombas de agua que controlaban la inundación; se instaló también una granja agropecuaria. En 1863, a la muerte de Máximo Aguirre, parte de las tierras se vendieron en lotes.

Durante las Guerras Carlistas, un bombardeo destruyó el llamado puente del matadero -desembocadura del río Udondo- y, aprovechando un trozo del también bombardeado Puente Isabel II de Bilbao, un nuevo puente fué colocado (aprox. 1874).

Puente Isabel II en 1868
Puente sobre el Udondo (Lamiako)
 Hacia 1887, se inagura -en lo que fué la granja agropecuaria- un complejo deportivo para la nueva y pujante oligarquía industrial.

Partido de Polo en Lamiako

Fué ese complejo deportivo la cuna del Athletic, fundado en 1898
El Athletic en Lamiako

También albergaba un pequeño aeródromo que, con la guerra civil (1936) fué reconvertido en militar
Aeródromo de Lamiako

Elaborando las entradas sobre la historia de la Vega de Lamiako no he podido por menos que sorprenderme: un solar que hoy comprende apenas 16 hectáreas, ha sido testigo de excepción de nuestra más reciente historia. Lamiako puede recordar las azadas de los caseros.... las bombas en las guerras carlistas.... el trajín de la industrialización mientras la hollaban los cascos de los caballos y los elegantes zapatos de industrialiales locales y extranjeros.... las botas del primer Athletic... las ruedas de las avionetas y de nuevo las bombas....  
Despues, el abandono.... y la naturaleza pugnando por recuperar su espacio.

El valor patrimonial de este paisaje histórico se suma al naturalístico en Lamiako. Tras 150 años siendo escenario de tan intensa historia, esperamos que el círculo se cierre: que lo siguiente sea de nuevo la marisma y no una depuradora.

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