Muchas veces me he preguntado dónde paran las limícolas durante los tiempos de pleamar; ¿dónde pueden posarse tranquilas y esperar a que la bajamar descubra los escasos limos, rasas, rocas....?
A veces las he oído bajo los muelles, acaso refugiadas en las podridas vigas y ruinosos pilares; ¿en solares abandonados, entre ruinas industriales, tan abundantes junto a la ría?
Hoy, casi a punto de la pleamar un grupo de correlimos y vuelvepiedras paraban en lo que pronto también quedaría cubierto por las aguas. Desde el arcén de la carretera, a nuestros pies, con el ruido del tráfico de fondo, aguantan recelosas nuestra presencia sin muchas más alternativas. Del día 15 de abril Mikel Huici nos envía esta foto de un grupo de cigüeñuelas dirección Lamiako
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