Hace ya 10 años que comenzó la Campaña en Defensa
de la Vega de Lamiako. Diez años desde las primeras cartas enviadas a las administraciones
y reuniones para abogar por esta maltrecha marisma. Diez años de preguntas sin respuestas, de puertas cerradas, de
frustraciones… y de algunos, pocos, éxitos. ¿Valoración? ¡Seguimos en ello!. Hay
momentos de mucha actividad (informes, consultas, alegaciones, solicitudes….) y
meses de calma. Siempre buscando fisuras, recovecos, argumentos, pruebas,
datos…. y, a ratos, yendo a “la escuela de Lamiako” a relajarse, disfrutar y
aprender….
Es un pulso entre David y Goliat: Ayuntamiento, Diputación, Autoridad
Portuaria, Demarcación de Costas, Gobierno Vasco, Consorcio de Aguas…. todos juntos
tratando de acabar con Lamiako y un puñado de terc@s naturalistas enfrente; en
medio, la Vega de Lamiako.
Desde hace muchos años, entre todos vienen
asfixiando la Vega de todas las maneras posibles; en este momento, la
Demarcación de Costas, ella una más, nos pide, sin soltar la presa, que
demostremos que sigue viva, que es una marisma… ¡maldita sea! ¡sigue viva!
Respira bajito pero ¡Lamiako VIVE!. ¿Cómo se puede tener la desfachatez de
hablar de defensa del medioambiente mientras se exige se demuestre que una
víctima no está muerta para no darle la puntilla?
…o dársela de todas maneras. Todos los planes que se ciernen sobre Lamiako son
una flagrante contradicción, un despropósito.
A veces, paseando por el Abra trato de imaginarme
cómo sería el magnífico estuario del Nervión… le debemos Lamiako al Abra. No
nos rendiremos.
Gracias a tod@s los que habéis estado o estáis en
este pulso desigual, incluidos los que sencillamente dais vuestro apoyo
moral.
Begoña Zorrakin
No puedo sino agradeceros el esfuerzo que hacéis por proteger el último reducto de vida que queda en el estuario del Nervión. Desde luego, una vergüenza que quieran rematarlo. Debería protegerse y gestionarse de forma similar a Txingudi para que todo el mundo disfrutase de él y fuera consciente de su importancia. Para que la gente de ciudad tenga un lugar en el que aislarse del mundanal ruido. Pero también para no terminar de convertir a Bilbao en la ciudad de cemento y dejar un hueco pequeñito a la naturaleza. Felicidades por el aniversario Un saludo.
ResponderEliminarGracias a ti Bego, por estar ahí todos estos años.
ResponderEliminarUn abrazo