“Desde la perspectiva de la prosperidad humana y según el Informe Brundtland de 1987, la sostenibilidad consiste en satisfacer las necesidades de la actual generación sin sacrificar la capacidad de futuras generaciones de satisfacer sus propias necesidades” (Wikipedia). Los dirigentes de la especie humana han acabado aceptando, acaso in extremis, que hay riquezas esenciales para la supervivencia (agua, aire, suelo cultivable…) que son finitas y han empezado a hablar de desarrollo sostenible.
Monumento a la lucha del hombre contra la mar (Getxo) |
Durante un tiempo algun@s albergamos la esperanza de que se empezaba a reconocer que este planeta, sus riquezas y criaturas, no son juguetes a nuestro capricho, que no se juega con cosas que ni son nuestras ni tienen repuesto ¡qué ingenuidad!. En realidad, continúa siendo un planteamiento antropocéntrico aunque con una limitación: no pasarnos para no acabar autodestruyéndonos; habría además mucho que debatir sobre los conceptos “prosperidad” y “necesidad”. No, la sostenibilidad no es un planteamiento ni de respeto a la naturaleza ni de reconocimiento al derecho a vivir de las otras especies; el desarrollo sostenible, visto que la concepción sobre lo que es “prosperidad” y “necesidad” parecen inamovibles, no pasa de ser una estrategia para no agotar ciertos recursos que necesitamos para sobrevivir o bien constituyen un gran negocio.
¿Un ejemplo? la situación de la Vega de Lamiako… sin ir más lejos.
ü Una estación depuradora es, desde un planteamiento de sostenibilidad, una infraestructura de carácter medioambiental. No podemos continuar envenenando el agua: la necesitamos para sobrevivir.
ü Un tranvía es un transporte colectivo no contaminante. No podemos continuar envenenando el aire: lo necesitamos para sobrevivir.
Habría mucho que matizar, pero, en principio, son infraestructuras sostenibles. Sostenibles… sí, pero ¿y cuando se planean instalar en un espacio de reconocida importancia medioambiental, única superviviente de todo un estuario destrozado por un desarrollismo salvaje? ¿y cuando obviamos que en ese espacio existe especies de flora, escasas ya por la acción humana, y es utilizado por gran cantidad de especies de aves, muchas de ellas con estatus de protección?.
Llamemos a las cosas por su nombre: el agua y el aire nos importan (por la cuenta que nos tiene), la naturaleza al parecer no.
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