En enero de 2014 una entrada de este blog (Siete no ¡OCHO!) hablaba de la alucinante constatación de que un espacio de apenas 16 ha. congregue tantos estudios/informes de flora, fauna, impacto ambiental…. Recientemente hemos tenido constancia de otros dos (uno ambiental y otro paisajístico) y así ya son diez… que nosotros sepamos; que serán más.
¿Cuánto dinero público se viene gastando
para decir… QUÉ?
¿Que la Vega de Lamiako es un
espacio muy degradado? ¿Que la presión antrópica es muy fuerte? ¿Que en este
momento carece de alguno de los valores de una marisma? ¿Que hay flora
invasora?
¡¡¡¡Pues claro!!!! ….es lo que tiene la acción humana en una
industrialización salvaje los últimos 150 años.
Es como si nos plantáramos
delante de un cuerpo maltratado que mantiene un hálito de vida y nos dedicáramos
a hacer análisis, pruebas, observaciones… señalando que está muy enfermo. ¡¡Pues
claro!!. ¿Y si nos decidimos de una vez y nos empleamos en que recupere la
salud que nosotros hemos arruinado?.
La Vega de Lamiako, no nos
cansamos de repetirlo, es el único resto recuperable de lo que fue el estuario
del Nervión. Un patrimonio natural con un innegable valor relíctico. Un oasis
para las aves. Una trinchera para la flora halófita. Ya no se habla de
desarrollo sostenible, pasó la moda. Es igual, era poco más que ordeñar la vaca hasta el límite de no
matarla. ¿Y si empezamos a plantearnos la restitución y nos esforzamos en
corregir en lo posible las tropelías cometidas? Ya va siendo hora.
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