Invisibles a la gran mayoría de la gente que pasea por el muelle de Las Arenas ajena a su presencia, aunque parezcan descansar,
no bajan la guardia.
Hoy, una decena de zarapitos buscaban acomodo empujados por la marea
No es fácil en un entorno tan humanizado;
no puede ser agradable entre tanta porquería.
Entre ellos, una aguja colipinta luciendo sus galas nupciales
Y un chorlito
Y los vuelvepiedras, con su plumaje como repintado tras el invierno, que parecen confiados....
pero recelan cuando una persona muestra interés por ellos
y andarríos chicos y un charrán solitario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario